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domingo, 22 de noviembre de 2009

¿Me casé con la persona Equivocada?

Como demuestran recientes estadísticas sobre el divorcio, parece que las personas se dan por vencidos en su matrimonio en muchísimos casos. Desafortunadamente, el número de cristianos divorciados no es menor al de no-creyentes. ¿Por qué es así? ¿Por qué están fallando tantos matrimonios?


De acuerdo con el autor y charlista Mark Gungor, el problema sale a raíz de las expectativas de la pareja sobre lo que debería ser el matrimonio. El señor Gungor es pastor y un conferencista muy aclamado. Miles de personas asisten a sus seminarios de “Ríase camino a un mejor matrimonio” (Laugh Your Way to a Better Marriage). Luego de treinta años de ministrar parejas, Gungor dice que el problema más común que él ve en los matrimonios es que las parejas no entienden como realmente funcionan las relaciones.

“La gente piensa que si un matrimonio es el destino, entonces funcionará,” comenta el autor.

Él compara esto con Proverbios 14:4 que dice: “Donde no hay bueyes el granero está vacío; con la fuerza del buey aumenta la cosecha”.

“Como los bueyes, el matrimonio es grandioso y productivo,” indica. “Pero si tiene bueyes, entonces habrá excremento de ese animal. No existe un matrimonio sin excremento. El problema es que muchos no esperan encontrar esto en su relación marital; y cuando encuentran cosas que hieden, parece que ven un rótulo indicándoles que se han casado con la persona equivocada.”

De acuerdo a Mark Gungor, contrario con lo que algunos piensen, el éxito de un matrimonio tiene poco que ver con casarse con la persona correcta.

“La verdad es que un matrimonio exitoso no es el resultado de estar con la persona ‘indicada’, sentir las emociones o tener pensamientos ‘apropiados’, ni incluso diciendo las oraciones ‘correctas’,” escribe Gungor en su libro. “Se trata de hacer lo correcto…punto.”

Su creencia de que no hay ‘almas gemelas’, ni que Dios crea una persona ‘solo para usted’ tal vez no sea muy popular entre los cristianos que piensan en encontrar al cónyuge que Dios ha creado para ellos.

“Les sorprende a muchos que la Biblia nunca nos dice encontrar a quién Dios ha escogido. Nos enseña cómo vivir con la persona que hemos escogido,” dice Gungor. “¿Por qué Dios no tiene una persona especial solo para usted? Porque Él sabe que sus principios de amor, aceptación, paciencia y perdón funcionan todo el tiempo, sin importar con quién esté casado.”

De acuerdo con el autor, el problema es que cuando las parejas se meten en dificultades o conflictos en su relación, ellos asumen que han cometido una equivocación y no deben estar juntos.

“Entonces las voces poco prudentes de sus mentes gritan: ‘Si las cosas están mal, estás casado con la persona equivocada’; ‘no debería ser tan difícil’; ‘has cometido un error’; ‘Dios no quiere que usted esté sin amor’.” Como resultado, abandonan sus matrimonios.

Las parejas, y en especial los cristianos, no deben caer en estas creencias erróneas.

“Para el cristiano, el matrimonio debe ser diferente, y no pensando ¿qué hay en esto para mí?,” escribe. “No debemos botar relaciones difíciles como algún tipo de pañal desechable.”

Por medio de sus seminarios “Ríase camino a un mejor matrimonio” (Laugh Your Way to a Better Marriage) y su libro del mismo nombre, el señor Gungor busca educar a las parejas sobre el trabajo que toma establecer un matrimonio exitoso. Él cree que hay leyes que deben ser seguidas para lograrlo.

“Tal como hay leyes de la física que nos afecta a todos sin excepción, también las hay para el matrimonio. Tristemente, todos siguen quebrantándolas y se asombran al ver que su relación es desastrosa. Si su casamiento es un desastre, entonces alguien no está siguiendo las reglas. Desafortunadamente, muchos no saben que existen, ni mucho menos cuáles son.”

En su libro, Gungor explica que estos reglamentos incluyen discusiones sobre comportamientos y pensamientos distintos del hombre y la mujer. Sus comentarios francos sobre la sexualidad, dinero, expectativas y conflictos también le ayudan al lector a identificar qué pueden estar haciendo mal en estás áreas y cómo encontrar soluciones.

Además de vivir de acuerdo a estas normas, el autor dice que otra forma de rescatar una relación fracasada es que las parejas entiendan la verdadera naturaleza y propósito del matrimonio. No es verlo como una forma de satisfacer sus propios deseos, sino considerar que es un terreno por labrar que les ayudará a ser más como Cristo.

“Dios quiere matarle,” escribe. “No a usted físicamente, pero su ‘yo’ egoísta. Jesús nos enseñó que si no morimos a nuestra naturaleza egoísta, nunca podremos experimentar todas las bendiciones que Dios quiere darnos. Si hay una institución diseñada para matar ese ‘yo’, es el matrimonio. De hecho, es imposible tener una relación exitosa si usted no aprende a ceder y dejar esa actitud morir.”

Los consejos de Gungor deben leerse tanto por cónyuges como por cualquier persona que considere casarse en el futuro. Su estilo de escritura y humor da iluminación y un mensaje de esperanza. Sin importar los problemas que se enfrenten con la guía de Dios y el deseo de que el matrimonio funcione, una relación feliz y exitosa es posible.

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