El reverendo Jimmy Hughes, fundador del Centro de Rehabilitación Puerta de Esperanza, que rescata a jóvenes de las maras en Honduras, es también presidente de “Free The Oppressed Ministries”, en español, Ministerio Liberen a los Oprimidos, con sede en Zambrano, Francisco Morazán.Él fue apresado el sábado anterior en el aeropuerto internacional de Miami cuando se disponía a viajar a Honduras.Se le acusa de estar involucrado en “los asesinatos Octopus” ocurridos en 1981 en California.Los asesinados de un tiro certero en la cabeza eran: Fred Álvarez, 32, Patty Castro,44, y Ralph Boger de 42, expuso el alguacil del condado de Riverside, Dennis Gutiérrez. Sobre Hughes pendían órdenes de captura.
La CIA lo entrenó; el FBI lo protegió
El Diario de Hoy de El Salvador muestra en su publicación del 6 de julio de 2003, cómo fue la vida de Hughes contada por él mismo, antes de formar parte de las filas de la CIA. Narra cómo pasó de ser un entrenado militar de élite a matón de la mafia italiana, hasta que Dios lo rescató y así describe parte de su vida:
“El fin de la guerra de Vietnam, en 1973, marcó el inicio de mi carrera militar. Mis instructores y maestros fueron los combatientes estadounidenses que lograron sobrevivir al fuego de los guerrilleros del Vietcong. Tenía 17 años y ambicionaba escalar puestos en la milicia.Me inscribí en cada curso sin importar lo duro que fuera. Asistí a escuelas de paracaidismo, buceo, operaciones de escape y rescate, resistencia como prisionero de guerra y sobrevivencia en jungla, mar y desierto. Me especialicé en explosivos plásticos y como francotirador. En seis años, las escuelas militares, como los Rangers o las Fuerzas Delta, me convirtieron en un soldado élite.
A mis 23 años pasé a trabajar para la CIA en misiones encubiertas fuera de los Estados Unidos. En países de Asia, Europa y Sudamérica luché por defender los derechos de otros. Ayudé a pueblos que querían ser libres y a combatir regímenes de dictadores. Es decir que el Ejército de los Estados Unidos no me entrenó para ser un maldito, sino para defender a mi país y a los enemigos de la democracia y la libertad.Luego de varias misiones secretas dejé la CIA y, cuatro años después (1984), me salí del Ejército y me fui a vivir tranquilamente a California, sin imaginar que mis actos más sangrientos estaban por venir.
A quebrar cabezas
En las filas castrenses tuve un amigo italiano que me hablaba de un tal Padrino y nunca le presté mucha atención, pues pensé que ésas eran cosas que se ven sólo en el cine. (...).
Mi primer trabajo en la mafia fue recolectar el dinero de los que no pagaban sus cuentas y eso incluía quebrar piernas, brazos y cabezas con bates de béisbol. (...) .
Aunque en el Ejército ya había saboreado lo que era matar, con la mafia llegué a ofrecer mis talentos y mis dones al dinero, al billete. Asesiné por cinco, diez, veinte, treinta y cuarenta mil dólares. Lo más que cobré por matar a un ser fue cincuenta mil dólares, ya que era un trabajo profesional. Fue así como a los 27 años me vendí a la prostitución de la maldad.Llegué a ser el confidente de El Padrino, quien se dedicaba al negocio de los casinos. Fui el guardaespaldas de sus hijos. Llegué a tener tanta fama como sicario que la mafia en todo los Estados Unidos pedía a Jimmy Hughes. (...)
Para ese entonces ya era cocainómano; me encantaba la cocaína. Tenía una adicción terrible, siempre llevaba droga en mis bolsillos. Tomaba licor todos los días. (...), siempre sufría de graves pesadillas. Con tanta sangre que derramé se podría llenar una piscina.
Muerte Gratuita
Un día El Padrino me llamó y me dio el encargo de matar a un sujeto por treinta mil dólares. Para sorpresa mía, a ese tipo yo lo conocía; éramos amigos. Pero, entre la mafia, ‘bussines are bussines’ (negocios son negocios). Cuando llegué a la casa del sujeto, yo ya no era un ser normal; ver tanta violencia me había convertido en un endemoniado. él me recibió con un saludo: ‘Qué tal, cómo estás, mucho gusto...’ y entré en su casa.Nunca se imaginó que le había abierto las puertas a la muerte. Pero, dentro de la mansión, había otras cinco personas que estaban bebiendo e inhalando coca. Yo pensé: ‘Tengo que matar a éste por los 30,000; pero los otros cinco no sé quiénes son’. A los demás no los vi como personas importantes y hasta pensé que le hacía un favor a la sociedad eliminándolos también. Me dije: ‘Bueno, los otros cinco se van gratis en el contrato’.
La noche empezaba a caer y cuando saqué mi arma nadie se dio cuenta, porque estaban drogados, alcoholizados y hablando tonterías. Allí empecé: ‘¡Bum, bum, bum..!’
Todos cayeron muertos alrededor de mí en cuestión de segundos, nadie pudo reaccionar. Estaban desprevenidos, nadie esperaba morir. El balazo les cayó en su cabeza. Pero sucede que aún teniendo el arma en mi mano, en medio del charco de sangre, veo el rostro destrozado por la bala de aquel hombre por el que me pagarían los treinta mil dólares. En ese rostro deshecho, me veo reflejado como en un espejo.Se me erizan los pelos y me congelo de ver que eso soy yo. A la vez empiezo a escuchar una voz que me dice: ‘Jimmy: sepas tú hoy que yo te amo y te puedo perdonar’. Me dije en ese momento: ‘qué es lo que pasa. O Dios está loco o yo ya estoy perdiendo el sentido por tanta droga, tanta sangre, tanta violencia’.
En aquella escena macabra, medio me reí; pero después me sobrevino un gran escalofrío.Sentí que casi se me paralizaba el corazón y una vez más vuelvo a oír la voz: ‘Jimmy sepas tú hoy que yo te amo y te puedo perdonar’. Entonces salí huyendo de aquel lugar, dejando media docena de muertos por treinta mil dólares. (...)
Atrapado en la soledad de mi casa, tomé el teléfono y decidí llamar a mi madre, quien se encontraba como misionera cristiana en Guatemala. (...)‘Escucha -dije-, no sé si el FBI me va a atrapar o si me entrego. No sé si me enviarán a la cárcel o si la mafia me matará; pero quiero que ores por mí. No quiero morir o ir a la cárcel sin antes hacer las pases con Dios’.Ella oró intensamente por mí. A través de la línea telefónica pudimos unirnos mi madre en Guatemala, yo en California, y Dios en los cielos. Por primera vez experimenté el inmenso poder de la oración, un poder superior a cualquier arma que había tenido siempre en mis manos.
De la mafia al FBI
Al día siguiente me presenté donde El Padrino y le dije que quería renunciar, que ya no volvería a matar a nadie y que quería estar en paz.Él me miró como quien tiene enfrente a un loco. Me pagó los 30,000 dólares, pero me aclaró de inmediato: ‘Jimmy, sabes el procedimiento, sabes que pones tu vida en peligro’.
Yo respondí: ‘Sí, lo sé; pero usted sabe que si pasa algo nos morimos todos’. (...). El FBI, el Departamento de Justicia y la Policía ya me tenían fichado. Estaban tras de mí, querían saber qué era lo que yo tenía en el cerebro, qué cosas sabía de la mafia. (..) Yo como era un profesional, nunca dejé una huella digital en las escenas del crimen. Ése era como un orgullo para mí. Yo fui muy cuidadoso en eso, porque mi entrenamiento fue muy profesional.
Cuando se dieron cuenta de que no existían pruebas en mi contra para llevarme a juicio, me incluyeron en el Programa de Protección de Testigos del FBI a cambio de darle a las autoridades cierta información. (...)Me entregué de lleno a ser un instrumento de Dios, estudié Teología y me gradué de reverendo y ahora sirvo a la mafia del bien, liderada por el Padrino de la salvación y la vida eterna, Jesucristo.
Lo extraditarán a California
James “Jimmy” Hughes, de 52 años, enfrenta tres cargos de asesinato por el asesinato de Alfred álvarez y sus amigos Patricia Castro y Ralph Boger y un cargo de conspiración, de acuerdo con una denuncia por delito de extradición presentada el jueves.
No estaba claro de inmediato si Hughes había contratado a un abogado. La demanda alega que Hughes habría conspirado con las tribus indígenas del consultor financiero John Philip Nichols, hijo de Nichols John Paul Nichols, y otros en los días inmediatamente antes de los asesinatos.La reserva se encuentra cerca de Indio, en una zona rural del condado de Riverside a unos 130 kilómetros al sureste de Los Ángeles. El mayor Nichols murió en 2001. La orden de detención para Hughes fue publicado en agosto por el Departamento del sheriff del Condado de Riverside, después de una investigación conjunta con la oficina del fiscal general del Estado, dijo Evan Westrup, un vocero de la Procuraduría General del Estado.
El Estado está tomando la iniciativa en el procesamiento del caso porque el fiscal de distrito del Condado de Riverside, Rod Pacheco, es un primo lejano de Hughes.
Los funcionarios del Estado están tratando de que Hughes al ser extraditado a California el proceso podría tomar un mes o más. Hughes dejó California tras fructíferas investigaciones y reapareció en 1995, cuando fundó los Ministerios Jimmy Hughes, que presta servicios a las mujeres maltratadas, drogodependientes y otros en América Central, según su sitio web.
Proyectos en HondurasJimmy Hughes Ministerios maneja en Zambrano, Francisco Morazán a través de su fundación Free the Oppressed, en español, Ministerio Liberen a los Oprimidos:
• El hogar de niños Príncipe de Paz.
• La Casa Arco Iris
• Casa Santiago para huéspedes para equipos misioneros
• El Centro de Rehabilitación Puerta de Esperanza para padecimientos de los jóvenes.
Todos están en la aldea de Zambrano, al norte de Tegucigalpa, adonde vivía con su familia.